Según un estudio noruego reciente, realizado por la Universidad de Yale y la U. de Nottingham Trent, habría una correlación entre trastornos comunes de la mente -como la depresión- y el exceso de carga laboral.
Los trabajólicos serían más propensos a padecer enfermedades psiquiátricas comunes, como por ejemplo, ansiedad, depresión o trastornos obsesivos compulsivos, según un estudio de la Universidad de Yale y la U. de Nottingham Trent.
La investigación exploró los vínculos entre trastornos psiquiátricos comunes y la adicción al trabajo, que se define en términos generales como la necesidad compulsiva de laborar y estar demasiado preocupado por ocuparse.
Los resultados mostraron que la correlación entre estas enfermedades y la adicción al trabajo fueron descritos como “positivos y significativos”. Por ejemplo, el 32,7% de quienes están bajo esta situación reunió los criterios de Trastorno de Déficit Atencional con Hiperactividad (en comparación con el 12,7% de los que no son adictos al trabajo).
Sin embargo, el estudio no pudo determinar si la adicción provocaba síntomas psiquiátricos o viceversa.
Escuchar al cuerpo
Gabriel Furman, coach certificado y especialista en Psicología Positiva Aplicada, explicó a hoyxhoy que para diagnosticar correctamente a alguien con un supuesto trastorno psiquiátrico, habría que considerar más factores para analizar el caso, pues múltiples causales pueden detonar un trastorno mental. “Habría que analizar, por ejemplo, la relación con los cercanos -amigos, pareja, e hijos”.
Y ¿cómo saber si se es trabajólico? Furman recomendó escuchar al cuerpo: “(Este) no miente. Si yo internamente estoy pasando por estrés laboral, mi cuerpo lo manifestará a través de cefaleas, tensión en los hombros, respiración acelerada”. El coach también aconsejó escuchar a los cercanos sobre la relación con el trabajo: “Es un ejercicio interesante, pueden salir ideas y visiones que no se veían”.
16.400 personas participaron en el estudio, el que incluyó tests para determinar trastornos mentales.
autodiagnóstico El experto Gabriel Furman aconsejó “oír al cuerpo” para saber si se trabaja mucho.